Embajador de Francia en Níger Se va mientras las Relaciones Caen en Picada Después del Golpe

Las relaciones entre Níger y Francia, su ex gobernante colonial que mantuvo una presencia militar en el país para ayudar a combatir a los insurgentes islamistas, se han roto desde que los oficiales del ejército tomaron el poder en Niamey en julio.

La junta había ordenado al embajador francés Sylvain Itte que abandonara el país en un plazo de 48 horas a fines de agosto en respuesta a lo que describieron como acciones de Francia que eran "contrarias a los intereses de Níger."

Al principio, Francia ignoró la orden, adhiriéndose a su postura de que el gobierno militar era ilegítimo y pidiendo la reinstalación del presidente electo Mohamed Bazoum, quien fue derrocado en el golpe de julio.

Pero Macron anunció el domingo que el embajador regresaría a París y que las tropas francesas se irían.

Dos fuentes de seguridad en Níger dijeron que Itte había salido del país. La noticia fue confirmada más tarde por la oficina del presidente en París.

Ha habido protestas casi diarias contra Francia en Niamey desde que los militares tomaron el poder. Multitudes de partidarios de la junta han pasado días acampando frente a una base militar francesa para exigir la salida de las tropas.

Macron había dicho que Itte y su personal estaban efectivamente retenidos como rehenes en la embajada.

Se extiende el sentimiento antifrancés

Níger es solo una de las antiguas colonias de Francia en África occidental, donde ha habido un creciente sentimiento antifrancés tanto entre la población como entre las autoridades, especialmente en países donde los gobernantes militares han tomado el poder.

Malí, Burkina Faso, Chad y Níger están ahora dirigidos por oficiales del ejército tras una serie de golpes de Estado en los últimos tres años, y la retórica antifrancesa ha sido una característica recurrente de sus pronunciamientos públicos.

Los críticos de Francia dicen que durante décadas después de que sus antiguas colonias obtuvieron la independencia, buscó mantener una fuerte influencia económica y política a través de un sistema de diplomacia abierta y encubierta conocido como 'Francafrique'.'

El gobierno francés dice que los días de Francafrique han terminado y que operaciones como la de Níger se estaban llevando a cabo con el pleno consentimiento, conocimiento y cooperación de los gobiernos locales, como la administración ahora desaparecida de Bazoum.

Mientras que los críticos de Francia acusan a París de continuar ejerciendo una influencia excesiva y disruptiva en la región, algunos analistas dicen que las juntas militares están utilizando a Francia como chivo expiatorio para problemas difíciles de resolver.

Las juntas en Malí y Burkina Faso ya han expulsado a las fuerzas francesas desplegadas para ayudar a combatir una insurgencia islamista de una década que ha matado a miles y desplazado a millones en toda la región del Sahel.

Algunos analistas han expresado su preocupación de que la retirada de las tropas francesas de Níger pueda obstaculizar aún más los esfuerzos occidentales para detener la violencia, que ha aumentado desde los golpes de Estado, y reforzar la influencia rusa en la región.