COPA DE ÁFRICA :Los marfileños dicen que Dios está del lado de su equipo después de los 'milagros' en la Copa Africana

El país anfitrión ha sobrevivido a varias eliminaciones gracias a la fortuna, con resultados en otros partidos y remontadas poco creíbles.

Los goles tardíos en victorias notables en la ronda eliminatoria contra el campeón defensor Senegal y luego Mali, no tienen otra explicación para los devotos locales que ser la voluntad de Dios. Ahora están seguros de que guiará a Costa de Marfil a su tercer título de la Copa Africana.

"Inshallah, Dios lo hará, sin duda", dijo Simion Diakité a The Associated Press. "Es un milagro de Dios".

Sébastien Haller, curado tras recuperarse de una lesión en el tobillo, llevó al equipo a la final con una victoria por 1-0 sobre el Congo el miércoles.

En la Chapelle de l'externat Saint Paul, durante un servicio religioso horas antes del partido, muchos fieles vistieron la distintiva camiseta naranja del equipo nacional. El predicador, P. Aristide Djedje no podía dejar pasar el servicio sin mencionar la semifinal de los Elefantes esa noche.

"La forma en que los Elefantes, el equipo nacional, han estado avanzando es sólo un milagro y sólo Dios puede hacerlo", dijo Ange Assamoi, uno de los congregados, después del servicio.

La progresión de Costa de Marfil ha sido todo menos típica. Su federación despidió al entrenador del equipo después de que una derrota por 4-0 ante Guinea Ecuatorial lo dejara al borde de la eliminación, y luego intentó sin éxito contratar a otro entrenador cuando los resultados en otros partidos significaron que Costa de Marfil se metió entre los octavos de final con el último lugar disponible para clasificar.

La victoria sobre Senegal llegó a pesar de ir perdiendo en el cuarto minuto. La victoria ante Mali se produjo a pesar de jugar con un jugador menos durante toda la segunda parte y la prórroga. Oumar Diakité (sin relación con Simion) anotó en la prórroga para enviar a Costa de Marfil a las semifinales.

Assamoi dijo que los fieles llevan sus propias esperanzas personales a la iglesia, "pero hoy también tenemos la coincidencia en nuestras oraciones de que Dios nos dará la victoria esta noche. Y Dios nos dará la victoria esta noche".

La confianza de Assamoi es compartida entre marfileños de diferentes religiones.

Sy Modeste, uno de los muchos hombres de seguridad con camisetas amarillas en Abiyán, dijo que tanto musulmanes como cristianos estaban orando por lo mismo.

"Todos rezan a Dios para que gane el partido y la copa", dijo Modeste. "Suponemos que vivimos en Costa de Marfil por la gracia de Dios. Dios nos sostiene."

Otros estuvieron de acuerdo.

"Es gracias a Dios", dijo Yama Cambera, un vendedor de agua y refrescos al costado de la carretera en Treichville, Abiyán. "Vamos a ganar. Costa de Marfil hará una fiesta".

Costa de Marfil se quedó sin cuatro jugadores importantes que fueron sancionados ante el Congo. Pero los aficionados no estaban preocupados: ya ningún revés es insuperable.

"Dios nos está apoyando. Porque cuando eres marfileño, cuando amas a tu país, debes tener confianza", afirmó Lionelle Kuakou. "Pensamos que el trofeo se quedará aquí en Costa de Marfil porque este es un país de amor, de alegría, de paz. Aquí damos la bienvenida a todos y Dios sabe, así que la copa se queda aquí, no irá a ningún otro lado, se queda aquí con a nosotros."

Las mezquitas e iglesias nunca parecen estar muy lejos en Costa de Marfil, donde el islam y el cristianismo son profesados ​​juntos por poco más del 80% de la población, conviviendo con quienes no tienen religión y quienes siguen el animismo que prevaleció en las sociedades precoloniales en África occidental.

En Costa de Marfil las distintas religiones se llevan bien. La constitución del país exige la tolerancia de todas las perspectivas espirituales y la separación de la Iglesia y el Estado.

Durante los partidos del torneo, muchos aficionados aprovechan el descanso del medio tiempo para encontrar un rincón tranquilo o un espacio al fondo de las gradas para colocar sus alfombras de oración y orar. Los aficionados se arrodillan con la cabeza inclinada en la misma dirección.

Pero el seleccionador interino de Costa de Marfil, Emerse Faé, no confía en los milagros.

"Preferimos confiar en nuestra fuerza mental y decirnos a nosotros mismos que estamos en el espíritu correcto. Porque fue nuestro espíritu el que nos permitió lograr milagros como ese. Pero no podemos relajarnos y escondernos detrás del hecho de que progresamos. gracias a un milagro, que es una señal del destino", dijo Faé antes de la semifinal.

"Si queremos llevarnos la copa a casa, tendremos que esforzarnos nosotros mismos. El milagro contra Malí no cayó del cielo, sino que llegó porque los jugadores creyeron en él hasta el final".

Costa de Marfil se enfrentará al tres veces campeón Nigeria en la final del domingo.